Al recibir la noticia de un traslado laboral a una nueva ciudad o país, se nos mezclan distintas sensaciones y sentimientos; expectativas, entusiasmo e ilusión y a la vez, miedo e incertidumbre al vacío, a lo nuevo. El cambio de empresa, ciudad o país conlleva procesos de adaptación en muchos frentes, que pueden afectar nuestra actividad laboral y familiar.
Instalarse en un país distinto, si bien nos abre nuevas oportunidades de cambio y de experiencias distintas, también puede traernos ciertas frustraciones, angustias y dificultades. En una etapa inicial, podemos sentir sensación de desarraigo y de no pertenencia, al no saber muy bien cómo gestionar lo diferente y adaptarnos a lo nuevo.
El proceso de adaptación en la gestión del cambio
El proceso de adaptación tiene que ver con el cambio de idioma, de cultura, de costumbres, amigos, entre otros aspectos. El no saber el idioma de la ciudad dificulta la comunicación y la integración a la cultura. También, el nuevo trabajo, tiene su propia cultura organizacional y el no contar con herramientas para insertarte en dicha cultura laboral, puede genera angustia e inquietud.
Durante el proceso de adaptación podemos sentir un vacío por lo que se ha dejado, el antiguo trabajo o empresa, la familia y el entorno. Muchas veces, esto genera sensaciones de irritación y angustia o sentimientos de soledad, que no siempre reconocemos o expresamos y que puede afectar nuestra relación familiar.
Se requiere un tiempo de adaptación a la nueva cultura, trabajo, entorno, idioma, costumbres y circulo de relaciones. Es un proceso que necesita tiempo y su ajuste depende de cómo gestionemos este cambio. Puede vivirse lento y lleno de tropiezos, o vivirlo de una manera más fluida y rápida, si contamos con herramientas que nos acompañe en el proceso.
En síntesis, es necesario reconocer que la adaptación a un nuevo puesto laboral o ciudad, es un proceso que genera dificultades y requiere tiempo. No obstante, el darse cuenta de esto, es el primer paso para comenzar a gestionarlas.
Además, es importante ser conscientes que está el proceso de adaptación de la familia. La familia es el punto más débil del proceso de arraigo. Un alto porcentaje de no adaptación del expatriado a su nuevo trabajo se da por la dificultad de la familia en adaptarse a la nueva cultura.
Del proceso de adaptación de la familia será un tema que hablaremos en nuestro próximo blog.