Cómo comentamos en un Post anterior, el Coaching se entiende como el arte de conseguir extraer lo mejor de cada persona, conectar con su líder interno, respetando su integridad personal. Es un encuentro entre dos personas con el fin de facilitar los cambios.
El coach, quien acompaña el proceso de Coaching, es un experto en facilitar el cambio, un incrementador de conciencia. El coach, es la persona que ejerce profesionalmente el coaching.
Facilita a su coachee (es el nombre que se le otorga al cliente de Coaching) su aprendizaje, lo invita a salir de la zona cómoda y lo apoya en el diseño de objetivos y consecución de metas. Y finalmente, acompaña a su coachee a conocer sus limitaciones, explorar nuevos campos y facilitar la toma de contacto con sus recursos internos. Acompaña al coacheea entrar en estados de excelencia, en espacios donde todo va bien. Además, el coachtambién reta al cliente y lo confronta para facilitar los cambios.
A continuación, se presentan de forma resumida, las ocho competencias básicas que debe tener el coach, según el ICF (International Coaching Federation).
Las 8 competencias
- El coach demuestra un comportamiento ético
- Desarrolla y mantiene una mente abierta, curiosa, flexible y centrada en el cliente.
- Establece y mantiene un acuerdo, una alianza.
- Cultiva la confianza, la seguridad, el respeto
- Está presente en el coaching
- Escucha activamente
- Facilita tomas de conciencia
- Facilita el crecimiento del cliente.
¿Cómo te puede ayudar un coach?
El coach facilita al coachee el entendimiento y el aprendizaje a través del empleo de herramientas y técnicas tales como las preguntas poderosas, el uso de silencios y la devolución o feedback.
El coach está enfocado en lo que dice el coachee y en lo que no dice, en comprender plenamente lo que se está comunicando según su contexto y sistemas de los que hace parte.
Ayuda a transformar cada comprensión que tiene el coacheeen acción. Lo acompaña en la elaboración de un plan de acción y su cumplimiento. Siempre desde reconocer que el cliente es responsable de sus propias decisiones y acciones.
El coach acompaña siempre desde la confidencialidad y el respeto. Reconoce la propia identidad del coachee, sus creencias, valores y talentos. Lo apoya desde un ambiente de seguridad, confianza y empatía para el logro de sus objetivos y gestión de sus cambios.